Las camisetas seleccionadas para la prueba fueron estas: una de color oscuro y otra blanca.
Tras el par de horas en el agua las restregamos como si tuvieran manchas, las aclaramos y empezamos a escurrirlas...
¡Y las estrujamos sin miedo!
Las pusimos a secar y tras el planchado final quedaron así de bien...
¡No perdieron nada de color! ¡Resultado perfecto!!
Tras esto, no olvidemos que sigue siendo una camiseta pintada. Así que para que dure lo más posible en perfecto estado, nuestra recomendación para su cuidado habitual es esta:
- Lavar con agua fria o tibia.
- Tender del revés a la sombra.
- Planchar también del revés o con un trapo fino por encima y a una temperatura media.
¡¡¡A disfrutar de la camiseta!!!
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